Ciencia y Management, Huffington Post, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 25.01.2017

Seguro que te ha pasado más de una vez: no sabes cómo, pero has acabado dando con tus huesos en una de esas reuniones absurdas donde ocurren inquietantes fenómenos como el de la «muerte por Powerpoint» ante una presentación tan letárgica como carente de sentido. O peor aún, el de las intervenciones sucesivas que dibujan espirales sin fin, en las que ni se entiende lo que dicen los participantes en la reunión, ni mucho menos por qué lo dicen.

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Cambio personal, Ciencia y Management, Dirigentes, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 18.01.2017

El éxito es una aspiración universal porque, aunque la definición más extendida se centra en la posesión de lo que la sociedad valora, como por ejemplo el dinero o la fama, en realidad la mejor manera de definirlo es decir que es la obtención de aquello que cada persona busca en la vida. Sea en la profesional o en la personal. Así, para algunas personas el éxito está en dejar de fumar, para otras tiene que ver con lograr un determinado puesto de trabajo, mientras que para otras llegará cuando por fin concluyan ese proyecto tan importante que les quita el sueño.

En general, una característica común a cualquier búsqueda del éxito es que implica, en mayor o menor medida, la necesidad de superarse. Y no prestar atención a ese hecho es precisamente el motivo por el cual muchas personas no logran lo que se proponen.

Situada en el panorama del conocimiento por Ericsson y su equipo y popularizada por Malcom Gladwell en Outliers, está ampliamente difundida y aceptada la idea de que para lograr algo verdaderamente significativo en cualquier ámbito son necesarias al menos diez mil horas de práctica deliberada. Decía Michael Phelps que cualquier cosa es posible si estamos dispuestos a realizar los sacrificios que ello implica. Y esta es precisamente la omisión que hace que muchas personas no lleguen a conseguir aquello que se proponen.

El camino hacia el éxito, cualquier éxito, implica superación y sacrificio. Y lo que aleja a muchas personas de conseguir lo que se proponen es lo que podríamos llamar la percepción de singularidad, es decir, la creencia errónea de que esa superación y ese sacrificio sólo les es requerido a ellas, y no a los demás.

Para correr largas distancias hay que entrenar mucho, y eso significa sufrir y en muchos casos madrugar. Crear una empresa conlleva preocupaciones y desvelos. Y concluir una tesis doctoral, en la mayoría de las ocasiones, implica estar trabajando mientras otros están de vacaciones. Quienes piensan que los madrugones, los desvelos o la privación de las, seguramente, muy merecidas vacaciones, son requerimientos que solo les afectan a ellos, caen en el error de singularizar o personalizar lo que en realidad es general, y es que éxitos importantes conllevan esfuerzos importantes.

Son incontables las personas que piensan que no están dotadas para los idiomas, o que su constitución física les aleja de conseguir metas importantes en el deporte. Posiblemente tantos como los que se autoconvencen creyendo que en realidad fumar les gusta, para alejar así los malos espíritus del sufrimiento que les provocaría dejarlo. En el otro lado están quienes, como Phelps y muchos otros, están dispuestos a entregarlo todo a cambio de una victoria, quienes no ven rivales sino en sí mismos, y quienes han hecho de la superación su estilo de vida. Personas que no dramatizan ni singularizan los sacrificios, y que no se sienten especiales por sufrir sus efectos durante el camino. Aunque sí por haberlos dominado y dejado atrás cuando por fin llegan a la meta.

 

Originalmente publicado en: www.dirigentesdigital.com

Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 04.01.2017

Las palabras no son simplemente vehículos para comunicarnos, ni únicamente maneras de nombrar objetos, situaciones o personas. Las palabras son las fibras con las que está tejido el mundo en el que vivimos, ese que nos hemos fabricado nosotros mismos. Están conectadas a nuestros recuerdos y a nuestras emociones, y pronunciar o escuchar unas u otras no es ni mucho menos trivial. Es por eso que somos la única criatura del universo que puede emocionarse, asustarse o rebelarse leyendo mensajes escritos. Y es por eso que el uso correcto de las palabras es una de las claves del liderazgo ultraconsciente.

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Cambio personal, Ciencia y Management, Huffington Post, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 28.12.2016

Seguramente recuerdas la memorable escena del comienzo de El diario de Bridget Jones en la que su protagonista, tras apurar de golpe una copa de vino, interpreta un desgarrador play back de All by myself, con toda probabilidad una de las canciones más tristes sobre la soledad que se hayan escrito nunca. Pues bien, nadie dice que escuchar ese tipo de música sea necesariamente dañino, ni que reflexionar sobre las pequeñas o grandes miserias de esta vida sea siempre contraproducente. Pero escuchar canciones de esa clase justo cuando estamos atravesando una mala racha es, más veces que menos, una mala idea.

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Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 21.12.2016

Desde tiempos inmemoriales los criterios de organización del espacio físico en las organizaciones han sido la funcionalidad y el presupuesto. Algo más adelante la idea de imagen de marca y su consecuencia natural, la arquitectura corporativa, también ganó su lugar. Desde entonces, los espacios no solo deben ser funcionales y asumibles presupuestariamente, sino que han de responder a la identidad visual de la marca. Sin embargo, solo recientemente hemos comenzado a comprender el sorprendente influjo del entorno físico sobre nuestro comportamiento. 

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Cambio personal, Ciencia y Management, Huffington Post, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 07.12.2016

Nuestros pequeños dramas cotidianos arrancan en cosas aparentemente nimias, pero que nos sacan de quicio. Por ejemplo cuando ves con espanto que justo a la hora a la que tienes que llegar a esa reunión tan importante es cuando más tráfico hay. O cuando descubres con horror que los dioses del tiempo se han conjurado para hacer que caiga un chaparrón después de que hayas invertido tres horas en la peluquería. O cuando te están esperando desde hace tiempo para cenar y es justo el día en que aparcar es imposible.

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Cambio personal, Ciencia y Management, Huffington Post, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 30.11.2016

Seguro que te suena esta frase. Fue pronunciada por un explorador a finales del siglo XIX al encontrar al famoso Dr. Livingstone tras meses de búsqueda por África. Lo llamativo del caso es que, si no la historia completa, mucha gente al menos conoce la frase, y con ello el nombre de Livingstone, pero comparativamente casi nadie recuerda cómo se llamaba quien realmente merece ser recordado, que fue quien lo encontró. Una historia que seguramente te trae a la memoria todas las ocasiones de la vida en las cuales tú haces algo pero el mérito se lo lleva otro.

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Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 23.11.2016

El tiempo es una dimensión de la vida de las personas y las organizaciones cuya medición exacta es en realidad un espejismo. El tiempo es fundamentalmente subjetivo, y al igual que no hay dos personas que perciban su transcurso de la misma manera, también las organizaciones se dejan afectar por las interpretaciones subjetivas que hacen de él. Los líderes ultraconscientes, son aquellos que son capaces de acertar con la fórmula que permite mantener el legado de la organización al tiempo que la proyecta hacia delante. 

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Cambio personal, Ciencia y Management, Dirigentes, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 15.11.2016

La alargada sombra de la Revolución Industrial extendió su efecto hasta bien entrado el siglo XX, mientras reinaba la economía de los productos, basada en el paradigma de la profesionalización especializada y en los procesos fabriles. Como consecuencia, apareció la etiqueta made in seguida del país de origen en cada bien que se introducía en el mercado, como una forma de diferenciar los buenos productos. Con el cambio de siglo el panorama ha cambiado sustancialmente.

Hace casi dos décadas que abandonamos el siglo XX, y la transformación que han sufrido los mercados tras el arranque del siglo XXI ha sido de proporciones extraordinarias. El vértigo introducido por la digitalización y la revolución copernicana que ha generado la cultura centrada en el cliente han redibujado todos los mapas. Hoy día la manufactura como proceso clave del mercado y la cultura de la calidad como garantía de bondad de un producto han dado paso a un escenario muy distinto, en el que el made in es cada vez menos importante.

Gracias a la globalización hoy día se fabrica en prácticamente cualquier lugar del mundo, porque prácticamente en cualquier lugar del mundo se puede disponer de mano de obra bien entrenada y de máquinas eficientes. La fabricación y la calidad se han comoditizado y hoy lo que realmente es importante es quién es el autor de una idea. Empresas como Apple hoy escriben en sus dispositivos no solo dónde están fabricados, sino dónde están diseñados. Hemos pasado del made in al designed by.

En un contexto donde la innovación es un valor ya irrenunciable sin el cual no se puede competir en el mercado, la importancia de las buenas y nuevas ideas es mayor que nunca. El diseño, no solo como una manera de crear belleza sino, sobre todo, como dinamismo que aúna lo artístico con lo funcional, se revela como pieza clave en la generación de nuevos procesos, productos y, sobre todo, servicios.

Y aún veremos más. Hoy día se repite el mantra del design thinking en muchas empresas, pero lo que en la mayoría de los casos significa este término es simplemente una metodología empaquetada que, a través de pasos guiados y con muchos post-its, intenta arrancar procesos de ideación en los miembros de un equipo, a veces con más fortuna que otras. Aún queda mucho por hacer hasta que realmente esa expresión, design thinking, pueda traducirse literalmente y se consiga que más y más personas tengan mente de diseñador.  Porque los diseñadores no necesitan, nunca han necesitado, ni canvas ni post-its para alumbrar sus creaciones. Simplemente un lápiz y, por encima de todo, una manera de pensar abierta y diferente. Por eso la era del designed by no ha hecho más que empezar: la era del nuevo talento.

Originalmente publicado en: www.dirigentesdigital.com

Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 09.11.2016

La conciencia es ese lienzo por el que pasan nuestras sensaciones, pensamientos y emociones a lo largo del día. Es el término científico más cercano a lo que llamamos vida interior. A veces esa vida interior se sujeta al control voluntario de la atención, otras veces vaga por su cuenta, y algunas veces más se deja arrastrar por influencias de todo tipo. Cada vez más, los líderes necesitan ser líderes dotados de una nueva habilidad llamada ultraconciencia, personas que, más allá de tomar conciencia de su interioridad, gobiernen sobre ella y se centren en lo que de verdad importa.

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