15 Nov ChatGPT no es el problema: el problema es que quizá seamos estúpidos (y más que podríamos llegar a serlo)
Las grandes tecnológicas llevan décadas espoleando a la población para que genere contenido en internet. Primero fueron los blogs, luego las redes sociales y ahora nos dedicamos a dar saltitos más o menos ridículos al son de la música que toca TikTok, la primera red social que solo es red. Una red de arrastre, para ser precisos.
El caso es que ahora todo ese material se ha convertido en un descomunal abrevadero para los sistemas de inteligencia artificial generativa. Hay que ser muy ingenuo para no ver la relación entre ambos fenómenos.
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