28 Abr En defensa de la educación
Solo las almas más inocentes negarían que la educación es una forma de manipulación. En los casos más ligeros se trata de que los niños y niñas encajen más o menos bien en el colorido puzle que es la sociedad. Y en los más severos de que sean ladrillos idénticos con los que construir un muro, parafraseando a Pink Floyd. Sin embargo, ni siquiera los más perversos abogarían por una educación que abiertamente formara inadaptados o delincuentes. Por tanto, que la manipulación que se haga sea buena o mala es algo que, a la vista de los inacabables y a veces feroces debates que a diario presenciamos, depende mucho de …
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