Cambio personal, Ciencia y Management, Huffington Post, Inspiración, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 27.12.2017

Son muchas las personas que dicen que después de las vacaciones necesitan otras para descansar de las primeras. Por otro lado, los profesionales que están constantemente viajando de un lado para otro, haciendo de los aeropuertos su segundo hogar, refieren constantemente lo fatigoso que resulta tanto movimiento. Es verdad que muchas veces durante las vacaciones estamos más activos de lo habitual, y lo es también que vagar arrastrando la maleta por los husos horarios es agotador. Sin embargo, existe otra hipótesis que podría explicar por qué viajar cansa tanto.

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Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Inspiración, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 25.10.2017

Hay pocas vivencias humanas que influyan tanto en la productividad como la inspiración. Frente a esa frustrante sensación de verse frente a una pantalla vacía sin una idea para un proyecto, para una presentación o para un slogan, existe otra muy diferente. Esa en la que de súbito una chispa de inspiración acude a nuestra conciencia y, de repente, como si una fuerza exterior nos impulsara, producimos casi sin esfuerzo una serie de ideas que sentimos tan nuestras como respirar.

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Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Inspiración, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 19.07.2017

Hemos vivido siglos impresionados por genios creativos que, en el arte, en la ciencia y en la tecnología, han realizado propuestas nuevas y originales haciendo evolucionar la cultura y la sociedad. Y hemos estudiado durante décadas a esos personajes, intentando desentrañar el origen de su genio, para conocerlo mejor y también para poder aprender de ellos. Sin embargo, la fascinación del ser humano por el talento innato ha empañado siempre una verdad tan obvia como inconveniente, y es que la creatividad no es un talento ni una habilidad, y desde luego no es un rasgo de la personalidad: es simplemente una competencia que se desarrolla con la práctica. 

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Cambio personal, Ciencia y Management, Dirigentes, Huffington Post, Inspiración, Jesus Alcoba, Psicología del éxito, Ultraconciencia / 21.06.2017

En el condado medieval del éxito vivían y trabajaban Motivada y Esforzada, dos mujeres que, si bien de jóvenes habían sido amigas, habían acabado por enemistarse. Y no exactamente porque hubiera pasado nada entre ellas, sino porque sus rumbos vitales se habían ido primero separando, luego distanciando, y finalmente oponiendo. Pese a ello, sus negocios estaban uno junto a otro, y ese era precisamente el hecho que disparaba la mayoría de sus disputas.

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Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito / 26.05.2015

Una de las ideas que conocemos acerca de la fuerza de voluntad es que nuestra reserva de esta capacidad es el mismo para todas aquellas tareas en las que la necesitamos, que fundamentalmente tienen que ver con la toma de decisiones o el control de los impulsos. Así que podríamos decir que la fuerza de voluntad es como un fluido que opera según el principio de los vasos comunicantes. Esto es interesante, entre otras cosas, porque también da pistas acerca de la manera de rellenar nuestras reservas.

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Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito / 19.05.2015

Todos quisiéramos tener más fuerza de voluntad, pues está claro que muchos de los aspectos de nuestra vida cotidiana se nos escapan por falta de ella. Trabajar en proyectos poco motivantes, realizar tareas monótonas, leer más, aprender idiomas, hacer ejercicio y otras actividades similares son a menudo pospuestos en esa maniobra tan humana y cotidiana, pero tan dañina para la productividad, que es la procrastinación.

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Ciencia y Management, Dirigentes, Jesus Alcoba, Psicología del éxito / 12.05.2015

En el imaginario popular de muchos adultos que fueron jóvenes durante los años ochenta está una serie de televisión llamada “Fama” (spin-off de la de la película del mismo nombre, dirigida por Alan Parker en 1979), en la que una exigente profesora de baile de la New York City High School for the Performing Arts les recordaba a sus alumnos que la fama cuesta, y que allí era donde iban a empezar a pagar… con sudor.

Forman parte también de ese mismo acervo la película Rocky y todas sus secuelas, cuyo tema central “Eye of the tiger” se cuenta aún hoy día entre los temas motivacionales más poderosos de todos los tiempos, y por supuesto Karate Kid, cinta en la que un sabio maestro Miyagi obligaba a su pupilo a esforzarse hasta la extenuación para aprender el ancestral sistema de combate japonés.

De aquellas y otras producciones de ficción los jóvenes sacaban dos conclusiones: la primera, que es el esfuerzo lo que conduce al éxito. La segunda, que el esfuerzo, el coraje, la fuerza de voluntad, el sudor y las lágrimas, resultan en sí mismos heroicos y admirables. No fueron malos mensajes para una generación que, tan solo unos años después, a comienzos de los noventa, tuvo que enfrentar una crisis de considerables proporciones. Aunque seguramente incorrecto y desafortunado, resulta tentador hacer un paralelismo y fantasear sobre cómo pueden estar enfrentando la crisis actual algunos integrantes de la generación que creció con Harry Potter, el niño que lo conseguía todo a golpe de varita, sin siquiera despeinarse.

Durante años el paradigma de la sobreprotección ha campado a su aire, pretendiendo alejar a los niños del sufrimiento y la frustración. Tanto que se ha acuñado la expresión “padres helicóptero”, para nombrar a ese tipo de crianza en la que los progenitores sobrevuelan constantemente por encima de sus hijos con toda la artillería cargada, por si en algún momento tienen que entrar en combate para defenderlos. Pendientes en todo momento, estos padres no solo pretenden saber más que los profesores de sus hijos, sino que les matriculan en la universidad y les acompañan a las entrevistas de trabajo.

Por motivos que posiblemente tienen que ver con el funcionamiento del cerebro y de la necesidad de supervivencia, el ser humano sigue siendo una criatura resistente al cambio. Y por ello muchos de los objetivos que se plantean las personas fracasan. No porque sus planteamientos de base sean erróneos, sino porque para lograr resultados significativos en algunos de ellos, sobre todo en los importantes, hay que invertir meses o años, y por tanto ni la sobreprotección ni desde luego la magia resultan eficaces.

Al final, lograr nuestras metas es algo que depende de un único momento, aunque repetido muchas veces, en el que, después de anhelar un objetivo o un cambio, de buscar cómo lograrlo y de, al fin, trazar un plan, todo lo demás pasará a un segundo plano y, en el último momento, quedarán únicamente el individuo y su tarea: la persona enfrentada a aquello que debe hacer. Y en ese momento de soledad, en realidad, no hay nada que pueda contribuir más al éxito que el simple pero difícil trance volitivo de esforzarse, ese ancestral acto humano de movilización de la energía hacia un objetivo concreto. Sabemos que hay personas que poseen fuerza de voluntad y que hay quien no la tiene, e incluso conocemos algunos principios sobre cómo funciona y cómo desarrollarla. Sabemos muchas cosas. Sin embargo, ninguna de ellas oculta, ni ocultará nunca, el sencillo y descarnado hecho que siempre será cierto, y es que el éxito cuesta. Y que, por supuesto, en algún momento hay que empezar a pagar. Con sudor, sí.

Artículo originalmente publicado en: www.dirigentesdigital.com

 

Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito / 05.05.2015

En un experimento hoy ya clásico, en una sala se dispusieron recipientes con galletas de chocolate y otros con rábanos. Un grupo de estudiantes fue invitado a comerse las galletas, mientras que a otros les pidieron que comieran únicamente rábanos, resistiendo por tanto la tentación de las galletas. Lo sorprendente vino cuando ambos grupos de estudiantes tuvieron que solucionar una serie de puzles que, aunque ellos no lo sabían, eran irresolubles.

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El Economista, Jesus Alcoba / 30.04.2015

Desterrada como ha estado durante mucho tiempo por una sociedad del bienestar que tiende únicamente a pensar en lo sencillo y lo gratificante, la fuerza de voluntad es una capacidad que va poco a poco retomando su lugar en la cultura y en la investigación. Hoy día sabemos que es una de las cualidades ineludibles del éxito, y por eso es necesario reflexionar sobre tan potente recurso, porque oculta hechos sorprendentes.

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Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba / 08.04.2015

Es francamente sorprendente la cantidad de influencias con las que no contamos y que sin embargo nos afectan. Aunque no lo notemos, la comida influye en muchas variables de nuestra vida. En particular en nuestra fuerza de voluntad, que está relacionada con nuestra capacidad para la toma de decisiones, dado que cuantas más decisiones tomamos más disminuye nuestra fuerza de voluntad. Si además consideramos que la comida influye en la fuerza de voluntad, queda claro que decidir en ayunas es un mal asunto.

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