Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito / 10.08.2016

Al igual que el comienzo, el final es uno de los momentos más delicados de cualquier conferencia. Por motivos desconocidos, con el advenimiento de las presentaciones con diapositivas se instaló una costumbre, hoy ya desfasada pero impertinentemente arraigada, que es la de colocar al final de una charla una diapositiva donde se lee “muchas gracias”. 

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Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito / 19.07.2016

Una presentación es un acto único. Es una pieza narrativa ensamblada que se dirige a un conjunto de espectadores. Es como una película. La presentación de diapositivas es únicamente un apoyo, un potenciador de fuerza interpretativa que debe fusionarse dinámicamente con el orador. Por eso, voz e imagen deberían ser uno. 

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Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito / 11.07.2016

Una de las claves irrenunciables del éxito en cualquier presentación son los ensayos. La única forma que un orador tiene de asegurar que le va a dar tiempo a cubrir todos los contenidos que tiene previstos es situarse frente a una audiencia imaginaria y verbalizar todos y cada uno de los aspectos que va a desarrollar. Ensayar no es, por tanto, pasar una serie de diapositivas evocando mentalmente el resumen de cada una. 

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Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito / 01.07.2016

Una conferencia es, por encima de todo, una historia. Y desde tiempos inmemoriales, las historias tienen introducción, nudo y desenlace. Y ese desenlace es el mensaje que quiere trasladar la conferencia: puede ser una llamada a la acción, una moraleja, un descubrimiento científico, un dato o conclusión de gran trascendencia, y así sucesivamente. Una conferencia sin mensaje es como una historia sin desenlace. 

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Cambio personal, Ciencia y Management, El Economista, Jesus Alcoba, Psicología del éxito / 27.01.2016

Solo las experiencias intensas generan aprendizaje en los adultos. Una experiencia intensa puede derivar de un esfuerzo prolongado o de una sola vivencia, si esta está cargada de suficiente emoción. Las emociones son la guía que trae los pensamientos a nuestra conciencia, y son también la fuerza que fija las ideas en nuestra memoria. Por eso una de las claves en la comunicación es provocar un recuerdo basado en la emoción.

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