Presentaciones desafortunadas: hablar a la pantalla

Uno de los efectos más sorprendentes del uso de la tecnología en la oratoria es el efecto que ejerce en el conferenciante las propias imágenes que utiliza. En muchos más casos de los que sería deseable, el orador se ve magnetizado por su propia pantalla y, unas veces porque quiere señalar algo y otras porque necesita apoyarse en lo que se está mostrando, comienza a girarse hacia ella perdiendo el contacto con su público. 

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