22 Mar El origen de casi todos los conflictos del mundo
Todos sabemos que nadie está en posesión de la verdad, que cada uno ve una parte del conjunto y que, en general, cuando reñimos, es porque cada uno está viendo su parte de esa verdad y, por tanto, tiene su parte de razón. Pero, al parecer, el mero hecho de saberlo no ayuda a erradicar las situaciones conflictivas de nuestra vida.
Sería todo más fácil si comprendiéramos que hay dos tipos de personas: las que cuando dicen A quieren decir A (los simples), y las que cuando dicen B, quieren decir C (los dobles). Hay otro tipo de persona, aunque aquí entramos ya en el ámbito de la toxicidad, que cuando dice A en realidad quiere decir B pero, cuando se entra en detalle, se descubre que no era B sino X, o bien cambia de opinión sobre la marcha. Es conveniente no relacionarse con este tipo de personas para nada que sea importante. Dar un paseo o tomar alguna cerveza no está mal, pero no mucho más.
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