19 Abr Del regalo que son las personas livianas
Las personas livianas son como los vestidos negros o las camisas blancas. Como los bolígrafos de cristal y las gafas de sol. Son sencillas, ligeras. Se posan en una conciencia como las caricias y acompañan con apenas un murmullo el discurrir de una vida. Las personas livianas poseen ideas claras y bien enlazadas y las explican en trazos limpios y despejados. Sus gestos son breves o duraderos aunque siempre intencionales, sin faltas ni sobrantes.
Las personas livianas tienen la mirada limpia y el alma siempre ordenada, porque en ella solo habita lo que en verdad es trascendente. Las personas livianas contrastan con las personas densas, siempre cargadas de dramas y disquisiciones, enrevesadas y carentes de puntos finales. Las personas densas son pesadas en el hablar y en el hacer. Con todo tropiezan, en todo se atascan. Son seres grávidos, tendentes a detenerse ellos y a detener a los demás, a sentar sus posaderas en la existencia ajena lastrándola y evitando que avance. Sus planteamientos se embarullan y apelotonan como hormigas en una miga de pan. Las personas densas aploman y apelmazan todo aquello en lo que se hacen presentes.
Sigue leyendo en Dirigentes —>>>>